9.11.06

Parte 2.

Yo por el contraio ( y al igual), soy asesino, sacrificio. Trituro a las orugas que se pegan de la sierpe y que aruinan las hojas. A las que se restriegan contra la rama y se nutren de si mismas, a las que deben realmente morir. Orugas sin futuro.
Al caer todas ellas, me encuentro solo. Me reconozco.
Camino lento, y el cielo enegrecido me procura un abismo, un aventarse al vacio,
un oscuro aburrimiento (el punto clave).
Cuando despierto y me descubro rodeada de aquel sin todo, de aquel sin mi, de aquel siucidio, creo, renuevo.

Soy dios, soy asesino.